¿Qué es el relleno facial?
Se trata de un innovador tratamiento de medicina estética para la cara que ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel, además de conseguir un rejuvenecimiento facial. Su popularidad es tan alta por una sencilla razón: nadie escapa al paso de los años. Y la piel del rostro es la que más sufre este deterioro al estar continuamente en contacto con el exterior. Consecuencia de ello llega la flacidez facial, perdida de tono, de suavidad, de elasticidad, o incluso la aparición de líneas de expresión en torno a los ojos, la boca y en el entrecejo.
Gracias a un relleno facial, consistente en pequeñas inyecciones de sustancias en las zonas específicas a tratar, se pueden mitigar todas estas imperfecciones. Las sustancias inyectadas no son tóxicas sino biocompatibles, y se pueden combinar en función de las características del paciente, del tipo de tratamiento que se vaya a llevar a cabo y del resultado que se busque conseguir.
En este sentido, a pesar de que el relleno facial con grasa propia goza de cierta popularidad, lo más habitual es recurrir al ácido hialurónico, una sustancia producida de forma natural por el organismo. Su función es clave: permite la retención de agua, facilitando la hidratación de la piel, y favorece la producción de colágeno.
Características de los rellenos faciales
A la hora de abordar sus características propias, es importante señalar la diferencia entre Botox y relleno facial, puesto que se confunden en ocasiones. Desde el punto de vista clínico, las diferencias son importantes: el Botox es una toxina que se utiliza para la frente y los ojos (tercio superior de la cara), mientras que un relleno facial es lo más parecido a un lifting pero con la ventaja de no pisar un quirófano.
Y esta última es otra de las grandes ventajas de los rellenos faciales: que no tenemos que recurrir al bisturí. No requieren hospitalización, ni tienen efectos secundarios. Las sesiones son bastante cortas, entre 15 y 30 minutos, e indoloras. Nada más terminar te puedes reincorporar a tu vida diaria.
Sus efectos son muy naturales y de larga duración, pero no permanentes. No obstante, es posible volver a someterse al tratamiento para rellenar de nuevo las zonas, lo que en medicina estética conocemos como tratamientos de mantenimiento.
Aunque su principal función suele ser la del rejuvenecimiento de la cara, este tratamiento tiene diferentes propósitos. De hecho, puede que el más conocido sea el de relleno de labios, aunque también se recurre a sus efectos para mejorar el aspecto general del rostro del paciente, para disimular cicatrices o corregir defectos. Estos son algunos de los más demandados en la actualidad:
- Relleno de labios, que como te hemos comentado es el más solicitado. Mejoran el perfil labial, su forma y pueden aumentar el volumen dando simetría y equilibrio. También disminuye las arrugas en las comisuras.
- Relleno de pómulos: es determinante a la hora de definir la forma del rostro. Ayudan a devolver su aspecto relleno y redondeado, más propio de la juventud; acentúan las mejillas y disminuyen el pronunciamiento de los huesos de esta zona.
- Relleno de arrugas: sin duda, el más asociado al rejuvenecimiento facial. Y es que con la edad la piel se va deshidratando y comienzan a hacerse evidentes los signos del envejecimiento. Permite recuperar la firmeza de la dermis, además de eliminar las arrugas, las líneas de expresión y las patas de gallo.
¡Ahora ya conoces a fondo los rellenos para la cara más solicitados en la actualidad! Recuerda que en Gabinete de Medicina Estética aconsejamos siempre a nuestros pacientes el tratamiento que deben seguir para conseguir los resultados deseados así como de la frecuencia de las sesiones, pero siempre adaptándonos a sus necesidades. No olvides que, aunque no sea necesario recurrir al bisturí, no deja de ser un procedimiento médico; por lo tanto, realizamos un estudio previo de diversos condicionantes, como el tipo de piel del paciente, la zona que se va a tratar o el problema que sufre. ¡Consúltanos si tienes dudas!