La dieta proteica es un tratamiento de pérdida y control de peso basado en el consumo de proteínas, además de ser baja en hidratos de carbono y lípidos, con el objetivo de perder grasa y mantener la masa muscular.
Al someterse a una dieta proteica, las reservas de glucosa y glucógeno se agotan durante los tres primeros días y el cuerpo comienza a abastecerse de las reservas de grasa para obtener energía. Esto causa, además de la pérdida de grasa, la generación de cuerpos cetónicos que producen la pérdida de apetito y un efecto psico-estimulante que crea sensación de vitalidad.
Características de la dieta proteica:
- Es segura ya que dispone de unas bases científicas y su composición es rica en proteínas de alto valor biológico.
- Al no tener que pensar ni preparar ciertas comidas, se trata de una dieta fácil.
- La progresiva reincorporación de los diferentes grupos alimenticios permite realizar cambios en la conducta para lograr una dieta equilibrada, por lo que de un tratamiento educativo.
Fases de la dieta proteica:
Ante todo, para que no se produzca una desnutrición es importante la supervisión médica que recomiende los suplementos necesarios.
- Primera fase: se basa en el ayuno riguroso de los alimentos que no sean preparados proteicos indicados para cada día. Estos son principalmente batidos de proteínas que se deben acompañar con verduras. La duración de esta fase depende de los kilos que se quiera perder.
- Segunda fase: se caracteriza por la sustitución de uno o dos batidos por su equivalencia en proteínas animales. De forma muy progresiva se incorporan los distintos grupos de alimentos de la dieta normal.
- Tercera fase: es fundamental ya que es la correspondiente a la estabilización y así evitar el efecto rebote. Se deben introducir pequeños cambios en la alimentación, como mantener los alimentos de alto contenido proteico para el almuerzo o la merienda, y hacer ejercicio físico.